11/10/10

Charla I: La familia

Bakary, que nos hacía de anfitrión, guía, traductor y casi padre protector, es antropólogo y vive en Francia, pero ha montado en Bamako una “consultora de asuntos sociales” (TMC Consulting Group) que ha hecho estudios y reportajes sobre la situación sanitaria en regiones rurales del país, por ejemplo. Nada más llegar, consideró que necesitaríamos formación en el modelo familiar maliense, porque en muchos aspectos tiene poco que ver con la familia tradicional española.


La familia tradicional, históricamente “ideal” es un ente grande y complejo:

“Son familia los que viven bajo el mismo techo”. La base es un hombre que se casa con una mujer (y hasta cuatro) y se van incorporando personas.

“El jefe de familia es el heredero de mayor edad”. Se determinar quién es por el nombre de familia y se encarga de gestionar el dinero (por ejemplo para una boda) y todos están “a su órdenes”.

“El hijo de mi hermano es mi hijo”. Es un “sentimiento real”, que solo rige para los hombres: los hijos de las hermanas sí son considerados sobrinos. El jefe no hace distinción entre sus hijos y los de su hermano y la sucesión familiar es por edad.

“Un buen amigo es más importante que un hermano que te traiciona”. Dos personas que han estudiado juntas pueden formar mutuamente “parte de la familia”.

“El individuo no importa, no existe si no es como parte de un grupo, de la comunidad”. La libertad de casarse con quien se quiera, por ejemplo, incumbe a las personas “que te van a enterrar”. Se hacen sacrificios para el grupo, todo es para la familia: por ejemplo, se ayuda al que emigra y al revés.

“Las distintas etnias corresponden a distintas clases y a matrimonios distintos”. Los bambara se dedican a la costura, los peul a la ganadería, los leur al comercio, los tuareg son nómadas, etc.
La realidad actual es algo distinta, porque el individuo tiene que “salir adelante” y si se marcha a la ciudad, por ejemplo, el jefe de familia ya no puede abarcarlo. En Bamako se ha asumido lo que consideran “vida occidental”, donde prima la libertad frente al orden familiar.

Plago el discurso de comillas porque son expresiones que se manejaron, pero yo nunca utilizaría.

El caso de Kanuya es ilustrativo. Las adolescentes embarazadas que allí viven son consideradas “traidoras” por su familia y según la mentalidad conservadora. Los chicos de la calle piden porque “lo que importa en Bamako es el dinero”.

La gente se va del campo porque “allí no hay nada” y hay otras razones para preferir la ciudad, como aprender bambara y oficios. Es duro, pero puede compensar y las prohibiciones se caen. La ciudad es el lugar de las posibilidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario