A todo el mundo le gusta hacer fotos. A los japoneses un poco más, pero a los españoles, demasiado también. Será porque es gratis. A algunos incluso les gusta aparecer en ellas. Y Mali no es una excepción. Los niños piden fotota para que se les saquen o extienden la mano para tomar la cámara prestada. A Fatim y Moussa, por ejemplo, les encanta enfocar, encuadrar y hacer clic. Sobre todo hacer clic.
Son los mejores fotógrafos de su mundo:
Dice Bernadette, la fundadora del centro de acogida, que los chicos, con nosotros,
"han hecho clic".
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